Después de las oportunas indicaciones por nuestro timonel. Nos ponemos en marcha para saciar nuestra sed de rápidos torrentes que aunque no lo parezca los hay y muy disfrutones.
Destacar la importancia que tiene la buena colocación en la barca para no caer continuamente y obedecer a todas las instrucciones que se da, ya que es vital que la coordinación exista para el buen funcionamiento y disfrute de la actividad.
Varias son las zonas en el transcurso del río, que hacen que uno quiera repetir una y otra vez. Palada tras palada, vives el momento con emoción e incertidumbre de saber que vendrá lo siguiente: saltos, remolinos o rápidos te esperan para envolverte e engullirte hasta el fondo.
Al final es todo tan rápido, que el tramo del río hasta Boñar se hace enormemente corto y refleja en las caras de tus compañeros de travesía una felicidad fuera de toda duda. A pesar de los momentos espeluznantes que se pasa ahí arriba.
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