24 de febrero de 2013

Maratón de Sevilla


Son casi las 5:30h. de la madrugada del sábado. Acudo a la cita y al lugar de recogida para emprender el viaje hacia Sevilla. Mis compañeros ya están esperando. Puntuales me recogen y nos ponemos en marcha. Escogemos la Ruta de la Plata y después de 6h30’ nos presentamos en el parking del Estadio de la Cartuja, aquí hemos quedado con el hermano de Avelino y familia.

Con emoción nos bajamos hacia la feria del corredor. Recogemos nuestro dorsal y bolsa corredor. Visitamos algún stand y nos embriagamos con toda la plana deportiva que aquí se ha dado cita. Diferentes marcas deportivas, revistas de prestigio, alimentación, fisios y varios maratones de otras ciudades en otros stands, publicitan y promocionan sus marcas. 



Activamos nuestro dorsal, mientras en lo alto, un reloj marca el tiempo restante para el inicio de la carrera: algo más de 17horas. Nerviosos recorremos los pasillos y nos dirigimos a la zona de palcos para ver el Estadio. Sin ser grande, la verdad es que es una maravilla. Están ultimando los preparativos en la pista. Mi mente me traslada al día de la carrera, me imagino cubriendo los últimos metros de ese tartán (algo descuidado) y cruzando la meta. Tiene que ser algo inolvidable, pero eso si, antes, tendré que sufrir, durante un recorrido de algo más de 42k. Pero bueno eso es otra historia que contaré a continuación.

Llamo a mi hermana y junto con mi sobrino, quedamos en Isla Mágica, concretamente en el Fuerte. Lugar escogido por la organización para ofrecer a todos los corredores la COMIDA DE HIDRATOS. Pasta Barilla + un trozo de queso tipo Burgos + cereales + bolsa de patatas fritas + fruta + agua  + frutos secos. Al final sin ser mucha cantidad, todo junto, te sacia lo suficiente. Mientras sigo con mis complementos que llevo continuamente en la mochila: bebida isotónica, pasas + almendras sin tostar. Algún que otra pastilla de sales y vitaminas, junto con glucosa. De esta manera ayer viernes y hoy, seguiré complementando la dieta para ir cargado para mañana.

Nos vamos al hotel, dormimos un poco. Bueno al menos hicimos la intención, porque dormir la verdad es que no pegué ojo. Después por la noche salimos pronto a cenar. Rissoto de ave y queso Idiazabal para culminar un día de nervios y copioso de hidratos, veremos mañana si sirve para algo.
Nos acostamos, con un frío intenso en la habitación. La previsión para mañana es de 3ºC a las 9:00 en Sevilla. Son las 22:30 horas y nos dormimos en seguida. En mi caso, a las 3:00 de la madrugada me despierta el frío que se ha metido dentro de mi. A partir de aquí no fui capaz a pegar ojo. A las 6:00 hemos puesto la alarma. Repaso la carrera continuamente, tengo estudiada la estrategia y le doy vueltas, una y otra vez. No me duermo y oigo las señales horarias del reloj de Juan Carlos. Maldigo mil veces la poca fortuna que he tenido de no heredar esa facilidad para conciliar el sueño. Alguno de mis hermanos me fascinan por su tremenda adaptación al sofá para quedarse ausente durante mucho tiempo. Es alucinante. Pienso lo bien que me vendría para dar descanso a mi cuerpo y mente. No dejo de darle vueltas a los 42km, ¿Seré capaz a ubicarme bien tras el globo?, ¿Seré fiel al ritmo?, ¿que complementos tomar? ¿Qué pasará si a partir del 30k me encuentro con el muro? ¿Qué haré?.

No dejo de darle vueltas y vueltas a todo esto. Así, pasan las horas, mientras también recuerdo los días de entreno. La lucha para llegar aquí. Las dudas del plan me asaltan. Además en esta semana por primera vez me he saltado, nada más y nada menos que dos entrenos. ¿Serán determinantes? No paro de dar vueltas al coco. De pronto, suena el despertador. Qué alivio. Ya no es momento para pensar, sino para actuar. Tengo la ropa preparada, el desayuno listo (cereales: avena, fibra, muesli y cereales para bebes, 2 yogures) todo mezclado junto con alguna pasa y almendras sin tostar son mi base sólida para esta mañana.  Como si lo hubiera hecho toda la vida, me dispongo a vestirme con la ropa de faena. Gorra blanca, camiseta de Villalfeide (2ª edición) + pantalón Joma del Club – Correcallejeros -, calcetines kalenji especiales para trail + zapas mizuno wave rider 15. GPS de Garmin y iPod conforman mi complemento para la carrerea.
Durante estos días de atrás he buscado frases y palabras de motivación. He decidido tatuarme con rotulador en ambas manos, frases con lo siguiente:

NO TE RINDAS, PAPA.

EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL.

CORRER O MORIR.

NADA ES IMPOSIBLE.


Todo esto enmarcado con el nombre de mis hijos y mi mujer: Sara, Mario y Natalia. Quienes han aguantado mis entrenos. A quienes les he robado su tiempo y el mío, por mis entrenos y mi ilusión por bautizarme con seguridad en un maratón.

Tiempos de paso.
Casi son las 7:00h. y Avelino llama a la puerta. Nos vamos por fin a la Cartuja. Hay que madrugar mucho para asegurarnos plaza y disponer de tiempo suficiente para todo lo que se nos pueda escapar. De camino, mentalmente repaso mi estrategia de carrera. Salgo con el globo de 3h15’. Bebo en todos los avituallamientos, agua y bebida isotónica. Llevo Taurina para el km30 y gel para el Km35. Las pastillas de sales y vitaminas las tomaré de la siguiente forma: 1 pastilla 30’ antes y a partir de aquí, una cada 40’. Quiero pasar el km10 aproximadamente en  45’30” y la media quiero pasarla a 1h35’ y como mucho 1h36’. Es verdad que según el plan seguido en mis entrenos de R. Gavela deja claro que no realizar la media por debajo de 1h37’40”. Todo esto lo tendre en cuenta según las circustancias de la carrera. Para el km30 ni me lo planteo en tiempo. A partir de aquí estoy avisado que es cuando comienza el auténtico maratón y estaré muy expectante de lo que pueda sentir.
Comida de hidratos.
Ya en el estadio, mientras accedemos al interior saludo a Jose Manuel y Nuria Prieto, nos deseamos suerte. Camino del Guardarropa saludamos también a Pilar. Ya fuera coincidimos con el Chamar, me alegro de verle y le saludo. Nos juntamos todos los integrantes de nuestro grupo (Avelino, Sandra, Juan Carlos – personal training –  y yo). Nos vamos como centellas en dirección a los cajones de salida. Dentro de ½ hora comenzará todo. Los nervios no hay quién los pare. Ya estoy en una nube. No controlo mis acciones, es como si alguién manejara mi cuerpo, soy una marioneta. Pasamos mucho frío durante la espera, me pongo los manguitos y me arropo entre la gente. Veo a Pedro Ignacio Cuevas (triatleta leones de reconocido prestigio), también ha venido y nos saludamos. Qué bueno ver gente conocida y tan maja, me ayuda a soltar nervios y a hacer más rápida la tensa espera. Los nervios ya se disipan a pesar de lo poco que queda. Tonifico la musculatura de cuádriceps y gemelos con la crema ENDURANCE. Ahora si, paso a mi cajón de salida previo saludo y abrazo con nuestro equipo. Deseo mucha suerte a Avelino en su misión de bajar de las 3h’.
Avelino, como un tigre enjaulado 
a la espera de que den la salida.
Minutos antes de la salida, el speaker nos pone a todos a tono, una cámara nos sobrevuela a  ritmo de Highway to Hell de AC/DC. Cortan las cintas de los cajones y ya estamos todos mezclados. Últimas presentaciones y dan la salida de minusválidos. Ahora sí, cuenta atrás y pistoletazo de salida. Salimos todos en bloque.
En los primeros kms. decido no poner en marcha el iPod y disfrutar de comentarios y demás explosiones de júbilo que manifiestan mis compañeros, los corredores. Quiero que mi bautismo del maratón sea una mezcla de sensaciones. Es increíble, oigo grupos de gente de todos los países. Miro para todos los lados para grabar en mi mente todo lo que estoy viviendo. Es grandioso, la avenida está plagada de gente. Miles de colores se entremezclan junto con todo tipo de equipaciones. Es apasionante. Veo el contraste de todo esto cuando en el km1. Un corredor de color se encuentra asistido en el suelo. Que mal pie, que mala pata, pienso y me lamento. Miro el dorsal y tiene que ser uno de los rápidos. Que pena. Sigo para adelante y me embriago de todo el apoyo que manifiesta la gente del público desde la acera.

Sigo mirando hacia los lados, mucha gente me adelanta. Disfruto con sus comentarios, con sus risas. Los hago mios y me rio, mientras observo el reloj. Mi pulsómetro no funciona, se ha vuelto loco de verdad y no me muestra los latidos, que putada. El pulsometro  está recibiendo todo lo que hay a su alrededor. En fin, yo a lo mio, sigo sin música y empiezo a centrarme en la carrera. Busco el globo, ha salido como un torpedo y veo como está casi pegando con el de las 3h. Casi me lleva 500m. No puedo acelerar. Avelino me advirtió de que un acelerón ahora, podría pagarlo más tarde. A falta de globo y pulso. Observo mi ritmo y me sitúo por fin a 4’30”. Recuerda, Javi. Tienes que ser fiel a este ritmo, no cambies, continúa, así, sigue así, repetía una y otra vez.
En el km8 la familia de Avelino y nuestros ‘coaches’ nos esperaban con gran fervor e ilusión. Motiva mucho tener gente conocida a tu lado en estos instantes. Me acuerdo mucho de mi gente, de mi familia, de mis hijos. Nos saludamos todos y quedamos para vernos en el próximo paso del km14, mientras grito, ¡Viva Villalfeide!.
Cada vez más, el globo se distancia. Ahora lo tengo claro que tengo que hacer mi carrera, en solitario. Avelino está adelante, controlando su carrera y aquí estoy yo, enfrentándome a todo. Te das cuenta que esta carrera es individual por completo. Ahora ya no sirven los consejos, ahora es momento de enfrentar tus fuerzas físicas y mentales ante lo desconocido, ante la desidia, la rendición y el abandono.
Transcurren los kms. por las calles de Sevilla. Aplaudimos a los grupos de música que se han dado cita para animarnos y abrigar si cabe, al frío intenso de esta mañana sevillana.

Me resulta ‘fácil’ mantener el ritmo. Voy a gusto en todo este tramo de la carrera. Paso por el km10 en 44’17”. Por debajo de lo que tenía previsto. No puede ser, pienso. ¿Pero dónde está el dichoso globo? Es la primera referencia que tenía registrada y me doy cuenta que de seguir así, estaré por debajo de las 3h15’. ¿Qué sucede? ¿Se habrá roto el globo? No he visto a nadie con la marca de las 3h15’. Me resulta tan cómoda este ritmo que decido continuar con esta velocidad. Hago mis cuentas y en la media también bajaré un poco la previsión así que decido mantener si veo que voy bien. Es una pena no poder ver mis pulsaciones, aunque la caja me funciona bien, no creo que vaya muy alto de latidos asi que, me la juego y continúo.
Beber en los avituallamientos es casi tarea imposible. En esta edición han decidido poner vasos (grandes) para el agua e isotónico. He prometido beber en todos pero es imposible. Entre avituallamiento y avituallamiento pienso la manera de cómo hacerlo mejor. No hay forma de meter algo para dentro, sin pararse, claro está.
La gente se agolpa cerca de la Macarena, es el km14 y aquí están nuestros apoyos morales personificados. He quedado con Juan Carlos en pasarme la Taurina y llevarla conmigo hasta el km30. Fiel a lo marcado, allí están todos, unos dando ánimos: Venga Chaconin, oigo a mi izquierda, Sandra con la cámara y el ‘coach training’ me pasa la botella. Saludos y mucho ánimos.  Llevo prácticamente una hora de carrera y me doy cuenta que no he tomado nada de mis sales ni vitaminas. Como son masticables, la primera pastilla, la muerdo con fuerza y la digiero sin demoras por temor a que no me haga efecto a tiempo.

Sigue adelantándome mucha gente, a muchos de ellos les veo fatigados, el sudor les delata. Me llama la atención la cantidad de ropa que veo tirada en la calzada. Dan ganas de parar y recogerla. Gorras, guantes, camisetas, buffs, etc…

Sigo a mi ritmo, me olvido de kms a recorrer, ni cuanto faltará. No me preocupa. No resto para saber los kms. que faltan, me da igual. Simplemente tengo un único objetivo, seguir mi RITMO.
Alcanzo la media maratón con un registro de 1h33’58”. A partir de aquí y cada 5km decido realizar un chequeo general: Ritmo, estado de salud, cansancio, molestias, fatiga, etc… Todo OK. Si alguno diese NEGATIVO seguramente tendré que bajar el ritmo.

A estas alturas me he olvidado del globo del todo, ¿Qué es eso? me pregunto. Está claro que tiene que estar detrás. Me da igual. Confío plenamente en mi entrenamiento, mi estado físico y pienso, adelante. Otro avituallamiento, ante mi. Esta vez con esponjas, decido probar. Axilas, cuello y cabeza. Así es, como mandan los buenos realizar esta tarea ya que ayuda a bajar la temperatura corporal y las pulsaciones por consiguiente. Me gusta las sensaciones. A estas alturas de carrera no sienta mal. Decido seguir probando en todos los demás controles. En cuanto al isotónico y el agua, creo que le he cogido el tranquillo. Aplasto el vaso en la mitad y realizo un conducto tipo cánula para dirigir mejor el chorro. La vez anterior el isotónico me entro por el ojo y el agua me empapó la camiseta por completo. Todo esto es muy molesto durante los metros posteriores a los avituallamientos, además de reducir el ritmo y de no hidratarme lo suficiente.
Llevo varios kms deseando llegar el km30. En cuanto veo el avituallamiento a unos 200m. decido vaciar en mi gaznate la botella que llevo conmigo más de 15kms. Por un lado, resulta muy gratificante beber en la botella con ‘pitorro’, sin embargo, el sabor de la Taurina sumado a lo caliente que está el agua y lo agitado que está la mezcla, hace que por poco acabe vomitando todo esto. Tiro la botella en el avituallamiento y realizo un paso en el km30 de 2h14’12”. Dicho así no me dice nada, es más no quiero restar, ni sumar ni calcular nada. Como he dicho anteriormente, fiel al ritmo y llegaré cuando llegue y punto.
A partir de aquí estaré muy expectante. Aquí comienza el auténtico maratón. Como alguien bien dijo. El maratón es una carrera de 12km que comienza en el km30. Sigo con mis pensamientos de fidelidad al ritmo y a la estrategia planteada. Así que, en el próximo avituallamiento me toca vaciar el gel que me acompaña desde la salida. Hasta ahora cada media hora, he seguido también con las pastillas de sales y vitaminas. Vuelvo a realizar el chequeo general y el tester vuelve a dar OK. Así que, todo bien. Sigue todo igual.

A partir de aquí, comienzo a ver las bajas, los hundimientos. Al mismo tiempo que mis cuádriceps muestran una carga fuera de lo normal. Está claro que la distancia y el asfalto comienzan a hacer mella en mi cuerpo. Aquí es donde mantener el ritmo es difícil. Es donde comienza la lucha personal de cada mente contra su cuerpo, contra el abandono y la rendición. Es muy fácil rendirse. Así que para este momento tengo otro AS en la manga. Giro mis muñecas y leo en mi mano, NO TE RINDAS, PAPA. Desde ahora hasta el final, estas frases rondarán continuamente mi cabeza. Sigo adelantando mucha gente, también da alas. Mientras  otros están derrumbados. Me da lástima y me vengo un poco abajo. Lo siento como mío, como si fuera yo. Tiro para adelante y trato de olvidar. El dolor de cuádriceps no se va. Sigo con mis frases de motivación. Recuerdo algunas frases del libro que estoy leyendo de Killian Jornet en Correr o morir: Hay que entregarse, hay que llegar a la meta sabiendo que se ha dado todo. Todo esto lo digiero y pienso que nunca se da lo suficiente, así que ahora es el momento de demostrarlo y seguir hacia adelante y darlo todo. 

Paso por el km35, nuevo chequeo, todo bien salvo los cuádriceps. Que molestan bastante. Tomo el gel de A9isko para que me de las alas que necesito en este último tramo. Mantengo el ritmo y me da sensación de volar, es increíble como me siento. Sigo memorizando las frases, sigo manteniendo el ritmo. Nos meten en el Parque de Maria Luisa y la Plaza España. Todo muy bonito pero poco práctico. Adoquinado y mucho giro, bajo el ritmo. Me contagio y lo mantengo. Las piernas cada vez me duelen más. Tengo ganas de salir de aquí. La gente anima una barbaridad y junto con mis frases salgo como una exhalación. Ahora si, ahora por primera vez en muchos kms. vuelvo a ver el estadio ante mi, pero el rumbo del circuito cambia y gira radicalmente para desviarnos los últimos kms. Desmoralizante, menos mal, que Avelino me había avisado. 

En cualquier caso, levanto la cabeza y veo el cartel del km40. La gente vitorea y anima con ahínco: ya lo habéis conseguido. Mientras sigo viendo a gente dolorida, lesionada. Sigo memorizando mis frases. Veo el ritmo, lo mantengo y continuo mientras cruzo el avituallamiento. Me acuerdo de Avelino y me digo, bravo, bravo. Ya estarás cruzando la meta. Mientras a mi me quedan 2kms. Vuelvo a realizar el chequeo y todo va bien. Igual que el anterior paso. Mantengo el ritmo y decido disfrutar de lo que me queda. Vuelvo a ver el estadio y la calle la reconozco, es el acceso al túnel del estadio. Ya estoy llegando. Veo a los compañeros de fatigas animando en la entrada. Ya lo he conseguido. Estoy debajo de las gradas, la luz del fondo, hace brillar el tartan. No hay casi gente en las butacas y sueño con el día de ayer. Ahora si, disfruta porque esto si es real. No es un sueño. Estás dentro, lo has conseguido. He entrado como un tigre que salta sobre su presa, veo el ritmo y me he acelerado. Decido casi pararme y disfrutar del momento. Levanto los brazos, beso mi mano, escrita con el nombre de mis hijos y mi mujer. Beso el dedo anular, beso la camiseta. Me emociono mientras cruzo la meta con un tiempo de 3h 10’.



Objetivo cumplido: Llegar a la meta y vencer todo aquello que se manifiesta como sufrimiento y hace que nos rindamos y abandonemos. Diploma...




Video de la llegada a meta 
en el Estadio Olimpico de La Cartuja.

Diploma Sevilla 2013.






6 comentarios:

A de la Mata. dijo...

Excelente crónica Javi. Lo mas importante es que has disfrutado como un niño. Un bautismo genial. Te has portado como un titán. Un abrazo As. A de la Mata.

AristaCimera dijo...

Muchas gracias, Angel.
Espero que para el próximo maratón (que seguro que lo hay) podamos disfrutar de toda esta locura juntos. Un abrazo muy fuerte y te deseo lo mejor en tu recuperación. El asfalto te hecha de menos y los maratones también.
Javi

A de la Mata. dijo...

Gracias Javi.Estoy estancado desde agosto cuando corrí mi maratón 136º. Hace 14 años que no habia pasado tanto tiempo en correr la mítica distancia. Así son las cosas y hay que aceptarlas. Un abrazo As. A de la Mata.

loquelicebergesconde@gmail.com dijo...

Niño, eres una puta máquina.
Has dejado bien claro que sufriendo en los entrenos y siendo disciplinado se consigue.
ENHORABUENA por ese Finisher.

AristaCimera dijo...

Muchas gracias.
A. de la Mata, paciencia porque llegarás al 150º sin ninguna duda. Allí estaré para darte muchos ánimos.
En cuanto al otro Angel, muchas gracias a ti también. Como se nota que me has seguido y que estás sufriendo de lo cansino que pueden llegar a ser los entrenos y más para un Triathlón.
Te mando desde tu tierra un triple abrazo para que lo traduzcas en una brazada más, una pedalada más y una zancada más para que te ayude a conseguir tu tan ansiado triple FINISHER.

Gracias a todos.
Un abrazo
Javi

Camila dijo...

El hecho de poder competir en una maratón internacional debe ser algo increíble y por eso desde hace rato vengo averiguando sobre distintas maratones en diversos países. Ojala para el año próximo pueda conseguir Pasajes Baratos y poder llegar a Sevilla para la competencia