Son casi las 5:30h. de la
madrugada del sábado. Acudo a la cita y al lugar de recogida para emprender el
viaje hacia Sevilla. Mis compañeros ya están esperando. Puntuales me recogen y
nos ponemos en marcha. Escogemos la Ruta de la Plata y después de 6h30’ nos
presentamos en el parking del Estadio de la Cartuja, aquí hemos quedado con el
hermano de Avelino y familia.
Con emoción nos bajamos hacia la feria del corredor. Recogemos nuestro dorsal y bolsa corredor. Visitamos algún stand y nos embriagamos con toda la plana deportiva que aquí se ha dado cita. Diferentes marcas deportivas, revistas de prestigio, alimentación, fisios y varios maratones de otras ciudades en otros stands, publicitan y promocionan sus marcas.
Con emoción nos bajamos hacia la feria del corredor. Recogemos nuestro dorsal y bolsa corredor. Visitamos algún stand y nos embriagamos con toda la plana deportiva que aquí se ha dado cita. Diferentes marcas deportivas, revistas de prestigio, alimentación, fisios y varios maratones de otras ciudades en otros stands, publicitan y promocionan sus marcas.
Activamos nuestro dorsal,
mientras en lo alto, un reloj marca el tiempo restante para el inicio de la
carrera: algo más de 17horas. Nerviosos recorremos los pasillos y nos dirigimos
a la zona de palcos para ver el Estadio. Sin ser grande, la verdad es que es
una maravilla. Están ultimando los preparativos en la pista. Mi mente me
traslada al día de la carrera, me imagino cubriendo los últimos metros de ese tartán
(algo descuidado) y cruzando la meta. Tiene que ser algo inolvidable, pero eso
si, antes, tendré que sufrir, durante un recorrido de algo más de 42k. Pero
bueno eso es otra historia que contaré a continuación.
Llamo a mi hermana y junto con mi
sobrino, quedamos en Isla Mágica, concretamente en el Fuerte. Lugar escogido
por la organización para ofrecer a todos los corredores la COMIDA DE HIDRATOS. Pasta
Barilla + un trozo de queso tipo Burgos + cereales + bolsa de patatas fritas +
fruta + agua + frutos secos. Al final
sin ser mucha cantidad, todo junto, te sacia lo suficiente. Mientras sigo con
mis complementos que llevo continuamente en la mochila: bebida isotónica, pasas
+ almendras sin tostar. Algún que otra pastilla de sales y vitaminas, junto con
glucosa. De esta manera ayer viernes y hoy, seguiré complementando la dieta
para ir cargado para mañana.
Nos vamos al hotel, dormimos un
poco. Bueno al menos hicimos la intención, porque dormir la verdad es que no
pegué ojo. Después por la noche salimos pronto a cenar. Rissoto de ave y queso
Idiazabal para culminar un día de nervios y copioso de hidratos, veremos mañana
si sirve para algo.
Nos acostamos, con un frío
intenso en la habitación. La previsión para mañana es de 3ºC a las 9:00 en
Sevilla. Son las 22:30 horas y nos dormimos en seguida. En mi caso, a las 3:00
de la madrugada me despierta el frío que se ha metido dentro de mi. A partir de
aquí no fui capaz a pegar ojo. A las 6:00 hemos puesto la alarma. Repaso la
carrera continuamente, tengo estudiada la estrategia y le doy vueltas, una y
otra vez. No me duermo y oigo las señales horarias del reloj de Juan Carlos.
Maldigo mil veces la poca fortuna que he tenido de no heredar esa facilidad
para conciliar el sueño. Alguno de mis hermanos me fascinan por su tremenda
adaptación al sofá para quedarse ausente durante mucho tiempo. Es alucinante.
Pienso lo bien que me vendría para dar descanso a mi cuerpo y mente. No dejo de
darle vueltas a los 42km, ¿Seré capaz a ubicarme bien tras el globo?, ¿Seré
fiel al ritmo?, ¿que complementos tomar? ¿Qué pasará si a partir del 30k me
encuentro con el muro? ¿Qué haré?.
No dejo de darle vueltas y
vueltas a todo esto. Así, pasan las horas, mientras también recuerdo los días
de entreno. La lucha para llegar aquí. Las dudas del plan me asaltan. Además en
esta semana por primera vez me he saltado, nada más y nada menos que dos
entrenos. ¿Serán determinantes? No paro de dar vueltas al coco. De pronto,
suena el despertador. Qué alivio. Ya no es momento para pensar, sino para
actuar. Tengo la ropa preparada, el desayuno listo (cereales: avena, fibra, muesli
y cereales para bebes, 2 yogures) todo mezclado junto con alguna pasa y
almendras sin tostar son mi base sólida para esta mañana. Como si lo hubiera hecho toda la vida, me
dispongo a vestirme con la ropa de faena. Gorra blanca, camiseta de Villalfeide
(2ª edición) + pantalón Joma del Club – Correcallejeros -, calcetines kalenji
especiales para trail + zapas mizuno wave rider 15. GPS de Garmin y iPod
conforman mi complemento para la carrerea.
Durante estos días de atrás he
buscado frases y palabras de motivación. He decidido tatuarme con rotulador en
ambas manos, frases con lo siguiente:
NO TE RINDAS, PAPA.
EL DOLOR ES INEVITABLE, EL SUFRIMIENTO ES OPCIONAL.
CORRER O MORIR.
NADA ES IMPOSIBLE.
Todo esto enmarcado con el nombre de mis hijos y mi mujer: Sara, Mario
y Natalia. Quienes han aguantado mis entrenos. A quienes les he robado su tiempo
y el mío, por mis entrenos y mi ilusión por bautizarme con seguridad en un
maratón.
Tiempos de paso.
Casi son las 7:00h. y Avelino llama
a la puerta. Nos vamos por fin a la Cartuja. Hay que madrugar mucho para
asegurarnos plaza y disponer de tiempo suficiente para todo lo que se nos pueda
escapar. De camino, mentalmente repaso mi estrategia de carrera. Salgo con el
globo de 3h15’. Bebo en todos los avituallamientos, agua y bebida isotónica.
Llevo Taurina para el km30 y gel para el Km35. Las pastillas de sales y
vitaminas las tomaré de la siguiente forma: 1 pastilla 30’ antes y a partir de
aquí, una cada 40’. Quiero pasar el km10 aproximadamente en 45’30” y la media quiero pasarla a 1h35’ y como
mucho 1h36’. Es verdad que según el plan seguido en mis entrenos de R. Gavela
deja claro que no realizar la media por debajo de 1h37’40”. Todo esto lo tendre
en cuenta según las circustancias de la carrera. Para el km30 ni me lo planteo
en tiempo. A partir de aquí estoy avisado que es cuando comienza el auténtico
maratón y estaré muy expectante de lo que pueda sentir.
Ya en el estadio, mientras
accedemos al interior saludo a Jose Manuel y Nuria Prieto, nos deseamos suerte.
Camino del Guardarropa saludamos también a Pilar. Ya fuera coincidimos con el
Chamar, me alegro de verle y le saludo. Nos juntamos todos los integrantes de
nuestro grupo (Avelino, Sandra, Juan Carlos – personal training – y yo). Nos vamos como centellas en dirección
a los cajones de salida. Dentro de ½ hora comenzará todo. Los nervios no hay
quién los pare. Ya estoy en una nube. No controlo mis acciones, es como si
alguién manejara mi cuerpo, soy una marioneta. Pasamos mucho frío durante la
espera, me pongo los manguitos y me arropo entre la gente. Veo a Pedro Ignacio
Cuevas (triatleta leones de reconocido prestigio), también ha venido y nos
saludamos. Qué bueno ver gente conocida y tan maja, me ayuda a soltar nervios y
a hacer más rápida la tensa espera. Los nervios ya se disipan a pesar de lo
poco que queda. Tonifico la musculatura de cuádriceps y gemelos con la crema
ENDURANCE. Ahora si, paso a mi cajón de salida previo saludo y abrazo con
nuestro equipo. Deseo mucha suerte a Avelino en su misión de bajar de las 3h’.
Minutos antes de la salida, el
speaker nos pone a todos a tono, una cámara nos sobrevuela a ritmo de Highway to Hell de AC/DC. Cortan las
cintas de los cajones y ya estamos todos mezclados. Últimas presentaciones y
dan la salida de minusválidos. Ahora sí, cuenta atrás y pistoletazo de salida. Salimos
todos en bloque.
En los primeros kms. decido no
poner en marcha el iPod y disfrutar de comentarios y demás explosiones de
júbilo que manifiestan mis compañeros, los corredores. Quiero que mi bautismo
del maratón sea una mezcla de sensaciones. Es increíble, oigo grupos de gente
de todos los países. Miro para todos los lados para grabar en mi mente todo lo
que estoy viviendo. Es grandioso, la avenida está plagada de gente. Miles de
colores se entremezclan junto con todo tipo de equipaciones. Es apasionante.
Veo el contraste de todo esto cuando en el km1. Un corredor de color se
encuentra asistido en el suelo. Que mal pie, que mala pata, pienso y me
lamento. Miro el dorsal y tiene que ser uno de los rápidos. Que pena. Sigo para
adelante y me embriago de todo el apoyo que manifiesta la gente del público
desde la acera.
Sigo mirando hacia los lados, mucha
gente me adelanta. Disfruto con sus comentarios, con sus risas. Los hago mios y
me rio, mientras observo el reloj. Mi pulsómetro no funciona, se ha vuelto loco
de verdad y no me muestra los latidos, que putada. El pulsometro está recibiendo todo lo que hay a su alrededor.
En fin, yo a lo mio, sigo sin música y empiezo a centrarme en la carrera. Busco
el globo, ha salido como un torpedo y veo como está casi pegando con el de las
3h. Casi me lleva 500m. No puedo acelerar. Avelino me advirtió de que un
acelerón ahora, podría pagarlo más tarde. A falta de globo y pulso. Observo mi ritmo
y me sitúo por fin a 4’30”. Recuerda, Javi. Tienes que ser fiel a este ritmo, no
cambies, continúa, así, sigue así, repetía una y otra vez.
En el km8 la familia de Avelino y
nuestros ‘coaches’ nos esperaban con gran fervor e ilusión. Motiva mucho tener
gente conocida a tu lado en estos instantes. Me acuerdo mucho de mi gente, de mi
familia, de mis hijos. Nos saludamos todos y quedamos para vernos en el próximo
paso del km14, mientras grito, ¡Viva
Villalfeide!.
Cada vez más, el globo se
distancia. Ahora lo tengo claro que tengo que hacer mi carrera, en solitario.
Avelino está adelante, controlando su carrera y aquí estoy yo, enfrentándome a
todo. Te das cuenta que esta carrera es individual por completo. Ahora ya no
sirven los consejos, ahora es momento de enfrentar tus fuerzas físicas y
mentales ante lo desconocido, ante la desidia, la rendición y el abandono.
Transcurren los kms. por las
calles de Sevilla. Aplaudimos a los grupos de música que se han dado cita para
animarnos y abrigar si cabe, al frío intenso de esta mañana sevillana.
Me resulta ‘fácil’ mantener el
ritmo. Voy a gusto en todo este tramo de la carrera. Paso por el km10 en 44’17”.
Por debajo de lo que tenía previsto. No puede ser, pienso. ¿Pero dónde está el
dichoso globo? Es la primera referencia que tenía registrada y me doy cuenta
que de seguir así, estaré por debajo de las 3h15’. ¿Qué sucede? ¿Se habrá roto
el globo? No he visto a nadie con la marca de las 3h15’. Me resulta tan cómoda
este ritmo que decido continuar con esta velocidad. Hago mis cuentas y en la
media también bajaré un poco la previsión así que decido mantener si veo que
voy bien. Es una pena no poder ver mis pulsaciones, aunque la caja me funciona
bien, no creo que vaya muy alto de latidos asi que, me la juego y continúo.
Beber en los avituallamientos es
casi tarea imposible. En esta edición han decidido poner vasos (grandes) para
el agua e isotónico. He prometido beber en todos pero es imposible. Entre
avituallamiento y avituallamiento pienso la manera de cómo hacerlo mejor. No
hay forma de meter algo para dentro, sin pararse, claro está.
La gente se agolpa cerca de la
Macarena, es el km14 y aquí están nuestros apoyos morales personificados. He
quedado con Juan Carlos en pasarme la Taurina y llevarla conmigo hasta el km30.
Fiel a lo marcado, allí están todos, unos dando ánimos: Venga Chaconin, oigo a
mi izquierda, Sandra con la cámara y el ‘coach training’ me pasa la botella.
Saludos y mucho ánimos. Llevo prácticamente
una hora de carrera y me doy cuenta que no he tomado nada de mis sales ni vitaminas.
Como son masticables, la primera pastilla, la muerdo con fuerza y la digiero
sin demoras por temor a que no me haga efecto a tiempo.
Sigue adelantándome mucha gente,
a muchos de ellos les veo fatigados, el sudor les delata. Me llama la atención
la cantidad de ropa que veo tirada en la calzada. Dan ganas de parar y
recogerla. Gorras, guantes, camisetas, buffs, etc…
Sigo a mi ritmo, me olvido de kms
a recorrer, ni cuanto faltará. No me preocupa. No resto para saber los kms. que
faltan, me da igual. Simplemente tengo un único objetivo, seguir mi RITMO.
Alcanzo la media maratón con un registro
de 1h33’58”. A partir de aquí y cada 5km decido realizar un chequeo general: Ritmo,
estado de salud, cansancio, molestias, fatiga, etc… Todo OK. Si alguno diese
NEGATIVO seguramente tendré que bajar el ritmo.
A estas alturas me he olvidado
del globo del todo, ¿Qué es eso? me pregunto. Está claro que tiene que estar
detrás. Me da igual. Confío plenamente en mi entrenamiento, mi estado físico y
pienso, adelante. Otro avituallamiento, ante mi. Esta vez con esponjas, decido
probar. Axilas, cuello y cabeza. Así es, como mandan los buenos realizar esta
tarea ya que ayuda a bajar la temperatura corporal y las pulsaciones por
consiguiente. Me gusta las sensaciones. A estas alturas de carrera no sienta
mal. Decido seguir probando en todos los demás controles. En cuanto al
isotónico y el agua, creo que le he cogido el tranquillo. Aplasto el vaso en la
mitad y realizo un conducto tipo cánula para dirigir mejor el chorro. La vez
anterior el isotónico me entro por el ojo y el agua me empapó la camiseta por
completo. Todo esto es muy molesto durante los metros posteriores a los
avituallamientos, además de reducir el ritmo y de no hidratarme lo suficiente.
Llevo varios kms deseando llegar
el km30. En cuanto veo el avituallamiento a unos 200m. decido vaciar en mi
gaznate la botella que llevo conmigo más de 15kms. Por un lado, resulta muy
gratificante beber en la botella con ‘pitorro’, sin embargo, el sabor de la
Taurina sumado a lo caliente que está el agua y lo agitado que está la mezcla,
hace que por poco acabe vomitando todo esto. Tiro la botella en el
avituallamiento y realizo un paso en el km30 de 2h14’12”. Dicho así no me dice
nada, es más no quiero restar, ni sumar ni calcular nada. Como he dicho
anteriormente, fiel al ritmo y llegaré cuando llegue y punto.
A partir de aquí estaré muy expectante.
Aquí comienza el auténtico maratón. Como alguien bien dijo. El maratón es una carrera de 12km que
comienza en el km30. Sigo con mis pensamientos de fidelidad al ritmo y a la
estrategia planteada. Así que, en el próximo avituallamiento me toca vaciar el
gel que me acompaña desde la salida. Hasta ahora cada media hora, he seguido
también con las pastillas de sales y vitaminas. Vuelvo a realizar el chequeo
general y el tester vuelve a dar OK. Así que, todo bien. Sigue todo igual.
A partir de aquí, comienzo a ver
las bajas, los hundimientos. Al mismo tiempo que mis cuádriceps muestran una
carga fuera de lo normal. Está claro que la distancia y el asfalto comienzan a
hacer mella en mi cuerpo. Aquí es donde mantener el ritmo es difícil. Es donde
comienza la lucha personal de cada mente contra su cuerpo, contra el abandono y
la rendición. Es muy fácil rendirse. Así que para este momento tengo otro AS en
la manga. Giro mis muñecas y leo en mi mano, NO TE RINDAS, PAPA. Desde ahora
hasta el final, estas frases rondarán continuamente mi cabeza. Sigo adelantando
mucha gente, también da alas. Mientras otros están derrumbados. Me da lástima y me
vengo un poco abajo. Lo siento como mío, como si fuera yo. Tiro para adelante y
trato de olvidar. El dolor de cuádriceps no se va. Sigo con mis frases de
motivación. Recuerdo algunas frases del libro que estoy leyendo de Killian
Jornet en Correr o morir: Hay que
entregarse, hay que llegar a la meta sabiendo que se ha dado todo. Todo
esto lo digiero y pienso que nunca se da lo suficiente, así que ahora es el
momento de demostrarlo y seguir hacia adelante y darlo todo.
Paso por el km35,
nuevo chequeo, todo bien salvo los cuádriceps. Que molestan bastante. Tomo el
gel de A9isko para que me de las alas que necesito en este último tramo.
Mantengo el ritmo y me da sensación de volar, es increíble como me siento. Sigo
memorizando las frases, sigo manteniendo el ritmo. Nos meten en el Parque de
Maria Luisa y la Plaza España. Todo muy bonito pero poco práctico. Adoquinado y
mucho giro, bajo el ritmo. Me contagio y lo mantengo. Las piernas cada vez me
duelen más. Tengo ganas de salir de aquí. La gente anima una barbaridad y junto
con mis frases salgo como una exhalación. Ahora si, ahora por primera vez en
muchos kms. vuelvo a ver el estadio ante mi, pero el rumbo del circuito cambia
y gira radicalmente para desviarnos los últimos kms. Desmoralizante, menos mal,
que Avelino me había avisado.
En cualquier caso, levanto la cabeza y veo el cartel
del km40. La gente vitorea y anima con ahínco: ya lo habéis conseguido.
Mientras sigo viendo a gente dolorida, lesionada. Sigo memorizando mis frases. Veo
el ritmo, lo mantengo y continuo mientras cruzo el avituallamiento. Me acuerdo
de Avelino y me digo, bravo, bravo. Ya estarás cruzando la meta. Mientras a mi
me quedan 2kms. Vuelvo a realizar el chequeo y todo va bien. Igual que el
anterior paso. Mantengo el ritmo y decido disfrutar de lo que me queda. Vuelvo
a ver el estadio y la calle la reconozco, es el acceso al túnel del estadio. Ya
estoy llegando. Veo a los compañeros de fatigas animando en la entrada. Ya lo
he conseguido. Estoy debajo de las gradas, la luz del fondo, hace brillar el tartan.
No hay casi gente en las butacas y sueño con el día de ayer. Ahora si, disfruta
porque esto si es real. No es un sueño. Estás dentro, lo has conseguido. He
entrado como un tigre que salta sobre su presa, veo el ritmo y me he acelerado.
Decido casi pararme y disfrutar del momento. Levanto los brazos, beso mi mano,
escrita con el nombre de mis hijos y mi mujer. Beso el dedo anular, beso la
camiseta. Me emociono mientras cruzo la meta con un tiempo de 3h 10’.
Objetivo cumplido: Llegar a la
meta y vencer todo aquello que se manifiesta como sufrimiento y hace que nos
rindamos y abandonemos. Diploma...
Video de la llegada a meta
en el Estadio Olimpico de La Cartuja.
Diploma Sevilla 2013.
6 comentarios:
Excelente crónica Javi. Lo mas importante es que has disfrutado como un niño. Un bautismo genial. Te has portado como un titán. Un abrazo As. A de la Mata.
Muchas gracias, Angel.
Espero que para el próximo maratón (que seguro que lo hay) podamos disfrutar de toda esta locura juntos. Un abrazo muy fuerte y te deseo lo mejor en tu recuperación. El asfalto te hecha de menos y los maratones también.
Javi
Gracias Javi.Estoy estancado desde agosto cuando corrí mi maratón 136º. Hace 14 años que no habia pasado tanto tiempo en correr la mítica distancia. Así son las cosas y hay que aceptarlas. Un abrazo As. A de la Mata.
Niño, eres una puta máquina.
Has dejado bien claro que sufriendo en los entrenos y siendo disciplinado se consigue.
ENHORABUENA por ese Finisher.
Muchas gracias.
A. de la Mata, paciencia porque llegarás al 150º sin ninguna duda. Allí estaré para darte muchos ánimos.
En cuanto al otro Angel, muchas gracias a ti también. Como se nota que me has seguido y que estás sufriendo de lo cansino que pueden llegar a ser los entrenos y más para un Triathlón.
Te mando desde tu tierra un triple abrazo para que lo traduzcas en una brazada más, una pedalada más y una zancada más para que te ayude a conseguir tu tan ansiado triple FINISHER.
Gracias a todos.
Un abrazo
Javi
El hecho de poder competir en una maratón internacional debe ser algo increíble y por eso desde hace rato vengo averiguando sobre distintas maratones en diversos países. Ojala para el año próximo pueda conseguir Pasajes Baratos y poder llegar a Sevilla para la competencia
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